MOLINO DE QUINTÍN Y PLAYA DE LOS BAÑOS DE BARROS
Nos encontramos en Lo Pagan, pedanía del municipio de San Pedro del Pinatar, en la Región de Murcia. Este es el punto más al norte del Mar Menor (podríamos decir que empieza o termina aquí) y un poco más arriba (dirección norte), tenemos la provincia de Alicante dentro de la Región de Valencia. Si ampliáramos más el mapa y para situarnos globalmente, nos hallamos en el sureste de la península ibérica, en España. En este punto, además de estar a orillas del Mar Menor y viendo a lo lejos La Manga, que lo separa del Mar Mediterráneo o Mar Mayor, como se llama en la zona, veríamos el Parque Regional de los Arenales y Salinas de San Pedro. Pero justo a nuestro lado podremos observar los dos objetos destinos de nuestra curiosidad: el Molino de San Quintín y la playa de los baños de barro.
BAÑOS DE BARRO
Las particulares condiciones climatológicas del Mar Menor (la mayor charca de agua salada de Europa), con un alto porcentaje de horas de sol al año y su elevada salinidad, han propiciado que en su extremo norte (donde nos encontramos), en las Charcas de las Salinas, se fueran depositando durante siglos lodos muy apropiados para tratamientos terapéuticos, formando la mayor zona de lodoterapia al aire libre de toda Europa, en el espacio natural protegido de las Salinas y Arenales de San Pedro del Pinatar.
Los Lodos del Mar Menor tienen un alto porcentaje de arenas finas y muy finas (lodos y arcillas), una elevada composición de cationes como calcio y magnesio y aniones como cloruros y sulfatos, y un Ph básico. Esto lo convierte en un gran remedio para muchos tipos de patologías de la piel. Además, su alta temperatura los hace también apropiados como antiinflamatorios en caso de reumatismo, artritis, gota y rehabilitaciones después de fracturas óseas. La salinidad de las charcas cristalizadoras es similar a la del Mar Muerto. Si véis las fotos que os he compartido, en alguna de ellas podréis observar los depósitos de sal provenientes de las salinas.
MOLINO DE QUINTÍN
Molinos como el de Quintín, que vemos en la foto restaurado y en perfecto estado de revista, constituían los corazones que bombeaban el agua del Mar Menor a las salinas para, una vez evaporada el agua por efecto de la insolación, se recogiera el deseado mineral. Las salinas son a su vez el hogar, hotel vacacional y nidito de amor de numerosas aves acuáticas. Las playas naturales que rodean el entorno, están llenas de vida, tranquilidad y arena blanca y fina. Un bosque de tenebrosos pinos, sujeta con sus raíces la arena de las dunas. Las encañizadas son un laberinto de cañas, palos y redes donde aún se sigue pescando de manera tradicional y sostenible. La plantas del saladar pueden beber agua del mar y deshacerse de la sol con sus superpoderes naturales.
Un saludo desde Lo Pagan, en San Pedro del Pinatar, en pleno Mar Menor, en la costa murciana (España)